De un tiempo a la fecha, la palabra Millennial ha ido escalando desde círculos de especialistas de marketing y sicología a un fenómeno social similar a lo que fueron los Baby Boomers o la Generación X. ¿Cuán importante es saber sobre ellos, no solo para los profesionales, sino para todos quienes no pertenecemos a esta generación? Lo cierto es que muchos “viejos” estamos preocupados en establecer nexos y puentes, no solo porque son la nueva generación de consumidores, sino también porque la forma en la que conciben el trabajo y la vida en general tendrá enormes repercusiones en el cortísimo plazo en todos los aspectos de la sociedad.
Los
Millennials son la generación nacida después de 1980. Sus
exponentes de mayor edad rondan los 30 años. En términos generales,
lo que caracteriza a este enorme grupo de personas (hoy, el más
grande a nivel mundial), es que viven en un mundo plano e
integrado por la tecnología, se criaron sin las divisiones
ideológicas producidas por la guerra fría y, en el caso de los
mayores, vivieron los remanentes de ella siendo muy jóvenes (las
cruentas guerras de Europa de Este y los fenómenos terroristas como
el de Sendero Luminoso, finalizado, en la práctica a mediados de los
90´s). Para ellos el Ché Guevara es una película y Augusto
Pinochet, un viejito dictador que murió cuando muchos aun no habían
nacido, como tampoco nacían aun cuando Maradona era el mejor jugador
del mundo. Si tuvieron la suerte de criarse en un hogar occidental de
clase media, la tecnología fue una dimensión central en sus
vidas. Siempre hubo una computadora en el hogar, en
algunos casos vieron la evolución de las desktops a las
laptops y, ahora, los dispositivos móviles. Siempre se
conectaron a internet. Siempre hubo un teléfono
celular cerca, por lo que la comunicación móvil fue un aspecto inherente a sus vidas.
La
tecnología les permite estar conectados 24 horas al día al
mundo, se valen de ella para dar a conocer su individualidad.
Algunos los consideran narcisistas, pero en realidad lo que buscan es
aceptación. Al competir con tantos otros en las mismas
condiciones, cada post que realizan en su red social busca la
mayor cantidad de likes, comentarios o compartidos posibles y,
cuando no los obtienen, sienten que algo ha fallado o que no son tan
interesantes para su grupo relacionado. Si un viejo (como yo) tiene
quinientos “amigos” en Facebook, ellos tienen no menos de 2,000.
Los Millennials son una generación hiperconectada e
hiperrelacionada; no coinciben, como no coinciben vivir sin ropa,
estar desligados de su teléfono y por ende, del mundo intermediado
por él.
En
países emergentes como los nuestros, este cambio ha sido más
dramático aún. Desde mediados de los años noventa hasta ahora, la
estabilidad político social y el crecimiento económico sostenido
permitieron generar una mobilización socio económica nunca
vista en la historia moderna de esta parte del mundo. El acceso a los productos
tecnológicos y la apertura al mercado mundial, le dio la oportunidad a
cientos de miles de adolescentes y jóvenes
conectarse a la modernidad (o para ser más específico, a la post
modernidad) sin hacer ningún tránsito por las etapas previas. De
pronto se encontraron en condiciones completamente diferentes a las
que sus padres habían concebido el mundo.
Las
diferencias entre padres e hijos son tan grandes, que existen
algunos pocos puentes sobre los cuales deslizar una relación:
la comida de la casa, el sentido de protección y seguridad, el
silencio cómplice, las reuniones familiares. Los padres teníamos
puntos de apoyo donde sostener nuestras vidas y las decisiones
que tomábamos: la religión, la ideología, el barrio dónde
vivíamos, el apellido que llevábamos y el colegio donde
estudiábamos. Hoy eso está desapareciendo.
La
relación de los Millennials con el mundo es muy diferente a la que
tuvimos las generaciones anteriores. Ellos, al no estar
influenciados por grandes ideas ni definiciones extremas, se mueven
en un mundo líquido, tal como lo define Zygmunt
Bauman, donde todo es relativo y permeable y permite una
movilidad no solo física sino sicológica en los expectros
ideológicos, valóricos y estéticos. Le dan chance a todo y
por eso escuchan todo tipo de música, ven todo tipo de películas,
repiten todo tipo de opiniones y conversaciones que se dan en los
medios de comunicación o en los pasillos de la universidad. No
conocen las consecuencias extremas de sus decisiones. El mundo no
está polarizado, sino que dividido en bloques y estos bloques
cambian de composición permanentemente: la Unasur y la Alianza del
Pacífico son fenómenos recientes. Cuba es un país históricamente
comunista pero capitalista en su turismo de exportación. Nadie
cuestiona el capitalismo ni la democracia como modelos organización
de la convivencia humana, las discusiones son intermedias y ellos
definene sus conversaciones en estos límites.
El
Millennial es multitask. No es extraño que
estudie en la universidad y a la vez toque en una banda de música,
tenga un trabajo o emprendimiento personal, escriba en su blog, se
entere de las cosas que le interesa en Twitter, coordine sus
panoramas en Facebook, exprese su vida en imágenes en Pinterest, le
diga al mundo dónde está en Foursquare, o un día hable por
Messanger, pase luego al BBM y hoy esté en WhatsUp.
El
millennial no espera trabajar para nadie, sino emprender un negocio propio que lo haga feliz. No hay
diferencias jerárquicas entre hombres y mujeres, ambos tienen la
misma actutud y oportunidad frente al mundo. Ellos buscan su
felicidad. El millennial es individualista en esa
búsqueda, que se basa en definir una identidad única y diferente,
pero es colectivo cuando se trata de organizar o emprender
algo. Trabaja colaborativamente para tener un logro personal.
Vive
en un mundo efímero y por eso se desenvuelve en el presente de
forma vertiginosa; ha desarrollado técnicas para hacer más
en menos tiempo: ha alterado su lenguaje, por ejemplo, la
sintaxis y el vocabulario son radicalmente diferentes al que nosotros
usamos: #Okno, #FF, #LOL, #LALALA, WTF, indican ideas y estados de
ánimo completos. Son extremadamente pragmáticos y
asertivos a la hora de avanzar en sus vidas, sus decisiones
funcionan mediante shortcuts e “hipervínculos”, hablan en
no más de 140 caracteres, dejando de lado toda la grasa que no
sirve.
Sus
ídolos no son los rebeldes sin causa, desordenados o vagos, como
en nuestra época. El bacán del colegio es bacán, pero también
tiene las mejores notas. Mark Zuckerberg, Steve Jobs, Tony Stark y
Bruce Wayne son los ídolos de los Millennials (da lo mismo en qué
mundo vivan ellos).
No
coinciben la música pagada (para eso existe el streamming
y los clouds), pero sí pagan lo que sea por asistir a un
concierto. Se enteran de las cosas por los amigos o por sus
referentes a quienes siguen en alguna red social (y que pueden estar
en cualquier parte del mundo). Ven series de televisión en YouTube o
Vimeo. Hacen sus tareas usando Wikipedia o buscando en Google.
Plagian (copian) en los exámenes con sus celulares.
Al
vivir en un mundo sin los extremos de la generación precedente,
donde una bomba mataba gente, un dictador también, donde una idea
podía ser perseguida en la universidad o te podía costar la amistad
de tus mejores amigos y el divorcio de tu padres significaba la
ruptura familiar, inventan mundos paralelos y viven en ellos. Son
apolíticos y cuando hay un hecho relevante lo toman a la broma:
los videos y los memes de Nicolás Maduro y el pajarito que le habla
o la campaña de revocatoria de Lima, son un par de ejemplos. Son
fanáticos de los videojuegos, especulan sobre otros mundos, consumen
todo el contenido posible disponible en internet. Son buscadores de
novedades, (el fenómeno del K-Pop llegó a Perú por ellos y no por
las radios) y cuando las encuentran las comparten con su entorno.
Como
todo jóven y adolescente, el millennial necesita estar
activo para aprovechar el presente, pero la presión del entorno
le exige “estar ahí” en todo momento y para ello recurren al
alcohol y la droga, y como ellos, la tecnología es inseparable junto a los a los contenidos y la información que les
provee.
Los
Millennials
son la primera generación global, influenciada en tiempo
real. Fluye en el tiempo y el espacio, tiene todo a su alcance y eso
le genera angustia ya que el mundo los excede. Deben
tomar decisiones permanentemente, siempre en el presente. Las
pantallas de sus computadoras muestran más de cuatro o cinco
conversaciones paralelas, de diferentes temas, con diferentes
personas: estudios, panoramas, fiestas, mientras escuchan música de
su cloud y trabajan cooperativamente usando Google Docs
o en un archivo Excel oWord,
preparan una presentación en Keynote o editan un video o una
imagen que quieren compartir.
Consejos
Prácticos
1. Si
usted es madre o padre de uno de ellos, ya sabe, debe sacudir sus
prejuicios e historias, ya que para ellos su pasado es un mundo de
ficción, que tiene una remota probabilidad de repetirse y que está
lleno de traumas y restricciones. ¿Qué sentido tiene decir
que “no” porque “cuando yo era niño”, si su hijo no tiene
carencias materiales sino más bien una enorme presión social para
ser alguien, ser un individuo destacado entre otros miles y miles de
individuos que buscan lo mismo? ¿Qué sentido tiene el valor
del sacrificio y el trabajo, de la excelencia y la cooperación si
no es para que le vaya bien es este mundo y no el el venidero? ¿Qué
sentido tiene decirle que “no”, cuando lo mejor es empujarle
a que haga y se equivoque para que aprenda antes que después?, ¿Qué
sentido tiene promover las creencias que todo lo malo es pecado,
cuando muchas veces algunos eventos se justifican y son relativos? Mi
hija de trece años es uno de ellos: se conecta al mundo en persona,
en el colegio, con sus amigas, también por medio de su bbm,
la laptop o mi tablet (da lo mismo el dispositivo
cuando todo está en “la nube”), a través de Facebook que le
sirve para enterarse de los contenidos que están de moda y que luego
ve en Youtube. ¿Qué nos queda a mi y mi esposa? Encausar esta
tremenda energía (que no solo se basa en sus hormonas en proceso de
revolución), sino de un mundo líquido, global, que la empuja para
todos lados... ¡Tamaño desafío orientar a la juventud, sobretodo
cuando dispone de tantos grados de libertad!
2. Si
ustede es empresario, marketero, gerente de recursos humanos,
comunicador, publicista o inventor y no pertenece a esta generación,
¿cómo pretende llegar o impactar en ellos si se aferra a las
antiguas formas de hacer las cosas? Sabía usted que en
otros países se hacen series de televisión desarrolladas 100% para
formatos digitales, donde la palabra clave es “deconstrucción”?
Sí, las series tienen 10 capítulos, duran hasta 10 minutos, no
tienen cortes comerciales, se financian mediante sponsors que
buscan generar engagement este ellas y sus marcas, extendiendo
las experiencia más allá del contenido de la serie. ¿Sabía que
esas series se basan en un formato de producción basadas en post
producción (la sangre ya no es ketchup sino un efecto) y que el
director es un experto en animaciones y manejo de programas de
computación? ¿Sabía usted que un capítulo puede costar en
5 mil y 10 mil dólares, cuando un comercial de TV de 30 segundo
cuesta 50 mil? ¿Sabía usted que la mejor forma de publicitar
su marca hoy es en Google ads y Facebook ads? ¿Que por
cada 5 mil dólares en inversión de publicidad, usted-su marca-
compra a lo menos 5 mil fans que verán cada mensaje que
publique en su muro cada vez que ellos vean su página- hecho mucho
más frecuente que cuando ven TV? ¿Sabía usted que la
publicidad de Coca Cola y Red Bull se basa en contenidos y no en
spots? ¿Que se ha declarado que Red Bull es una empresa de
contenidos de marca que vende un líquido energizante? ¿Sabe por
qué? Porque los Millennials, lo que buscan, son experiencias
para disfrutar y compartir. Porque para ellos, lo único que hoy les
interesa de las marcas que publicitan en medios tradicionales son las
ofertas promocionales, el resto está en YouTube, Facebook,
Twitter... El resto está en otro lado, en las experiencia y la vida
“Thru the Line”. Y si los medios de comunicación no lo
hacen bien, ellos mismo lo hacen.
¿Sabe
usted quién es Germán?
Es un chico, chileno, que no llega a los veinte años y que tiene una
serie semanal llamada “Soy Germán”, una especie de stand-up
comedy, cuyos capítulos duran entre 8 y 10 minutos. Cada uno de
ellos es visto en Chile, Perú, Colombia, Argentina y quién sabe
dónde más por más de 1 millón de chicos por vez. ¡Algunos de
estos capítulos han sido visto más de 10 millones de veces! Y tiene
un fanpage
con más de 4 millones de seguidores! ¿Sabía usted que el
fanpage
de “Al fondo hay Sitio”, la novela más importante de Perú tiene
casi dos millones de seguidores y ¡es administrado por un fan
que no es empleado del canal de televisión que lo produce y
transmite!? (el fanpage“oficial” no llega a los 20 mil seguidores)
Si usted no tiene hijos o sobrinos, deberá invertir en estudios
de mercado... o buscar un abuelo que tenga nietos para que le de
mayores detalles de cómo son y cómo viven.
¡Menudo
desafío!
2 comentarios:
Interesantísimo! Has explicado muchísimas cosas que veo en mis hijas, y que ahora tienen una hilación. ;)
Brillante como siempre Benja!
Gracias por compartir tanto. Un abrazo.
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