William Shakespeare |
Durante el pasar de la vida, situaciones diversas nos obligan a enfrentarnos a la realidad y sentirla, a veces ajena y otras propia. Hacerse dueño de la propia existencia es, quizás, el reto más grande de cada individuo. En esta travesía de apropiarnos del mundo antes que llegue la muerte, la soledad termina siendo el estado final. Dejamos detrás nuestro la estela de conversaciones y acciones que representan nuestro sentir y pensar.
Muchas veces la lucidez nos arroja al pasado para recordar lo que fuimos. Otras, nos eleva a una altura suficiente para observarnos triunfantes o agobiados. Pero existe un sentir cíclico, humano al extremo cuando, a pesar de todo lo logrado, sentimos al universo olvidarse de nosotros y ver cómo el mundo nos arrolla en su carruaje del presente.
Shakespeare, el intelecto infinito y refugio primero lo entendió en las siguientes palabras...
AQUILES
... ¿Qué sucede?
¿Se han olvidado de mis hazañas?
ULISES
Señor, el tiempo lleva una alforja a la espalda,
donde le echa limosnas al olvido... Es un monstruo
de ingratitud tremendo....
... Mi señor,
es la perseverancia lo que lustra la gloria.
Haber hecho es estar acabado...
Si cedes, si te apartas del camino derecho,
igual que una marea creciente irrumpirán
dejándote a la zaga. Serás un gran caballo
que cae en primera línea y se convierte en tierra
pisada y aplastada por la ruin retaguardia...
...el tiempo es un patrón insensible que estrecha
fríamente la mano del que parte, y recibe
con lo brazos abiertos, como dispuesto al vuelo,
a los recién llegados. La bienvenida ríe,
los adioses se marchan suspirando...
... Hay un rasgo común
a todos los mortales: es el elogio unánime
de la última minucia, aunque salga del molde
de las cosas pasadas. Y así, un poco de oro
sobre el polvo se aplaude más que el oro empolvado...
... Las cosas que se mueven son las más llamativas
no las que están inertes...
Extracto de Troilo y Cresida
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