Se abrirán
un día ante tus ojos las maravillas del universo y la sensación de magia que
recorre la vida.
Un día
sentirás el aire tibio en una tarde fría tapada de nubes negras que revientan
con un ruido que estremece el cuerpo.
Un día te
saciarás con agua y serás consciente del placer de la satisfacción de las
carencias.
Un día te
maravillarás con alguien dueño de un registro mayor del mundo.
Llegará el
día que serás atraído por otra persona, sentirás el placer del complemento.
Un día
sonreirás por las coincidencias que conforman gran parte de tu existencia.
Antes o
después, ¿quién sabe?, el estupor que atrae al miedo tentará atribuirle
significados extraños y colocarle nombres divinos a todo.
Un día, algo
profundamente íntimo emergerá con la fuerza de un volcán. Ese día serás
remecido. Ese día querrás mandar todo al diablo, que es el nombre que le diste
a lo oscuro que habita en las personas, donde todo se desintegra. Ese día
buscarás respuestas y, si la curiosidad es tu guía y el asombro tu recompensa,
las encontrarás y les darás un nuevo significado y podrás terminar tu vida en
paz.
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