SEPARE SU CITA, blog de ideas, marketing y opinión de @benjaedwards,centrado en análisis, innovación, crítica y reflexión sobre asuntos candentes de coyuntura y de siempre.
Estuve en una reunión de varios días enfocada en comprender
por qué las agencias nos encontramos en una situación tan desventajosa frente a
las compañías a la hora de negociar las condiciones económicas de nuestro
trabajo. Las charlas y dinámicas nos mostraron muchas aristas para entender qué
hacer y cómo enfrentar esta situación que aqueja a la industria en todo el
mundo.
Comenzaré con unos tips compartidos en las presentaciones. Las agencias viven un momento difícil por el cuestionamiento
de su valor en la contribución en el negocio de sus clientes. Se habló de
algunos puntos, los más interesantes desde mi perspectiva:
- La irrupción de la consultoras de negocios
(Accenture, Price, McKinsey, entre otras), cuya reputación y procesos claros y
simples permiten ingresar en las decisiones estratégicas de marketing,
comunicación y medios en las compañías.
- Las empresas tecnológicas que proveen de soluciones
de gestión de procesos y de medios.
- El traslado de la gestión de social media y la
analítica al “in company”, con el objetivo de controlar procesos de
inteligencia de negocios y relación continua con los clientes.
- El afán por la transparencia, lo que evidencia
una falta de confianza en la industria, la que históricamente habló de
comisiones y “rebates” sobre los precios. La consecuencia de esto es que a las
agencias se les exige hoy abrir sus estructura de costos y precios a niveles
exagerados.
- Lo primitiva que son las agencias en comparación
con las compañías profesionales a la hora de enfrentar una negociación.
El desafío enorme en profesionalizar las
negociaciones de las agencias. Esto significa:
1.- Ser
más precisos en los números: usar benchmarks y tener claro la estructura de
costos de un negocio como el nuestro con un lenguaje técnico (matemático-financiero).
2.-Hablar
de valor y contribución en el negocio mostrando evidencias.
3.- Alinear
expectativas y no cerrarnos en el valor de las ideas si ellas o pueden ser
valorizadas correctamente.
4.- Entrenarse
y tener gente entrenada en las filas para enfrentar una negociación win-win.
Como sucede en estas reuniones, se dieron conversaciones
entre pasillos, en los almuerzos y descansos. Luego, llegó el momento de
reflexionar sobre el estado de las cosas en las agencias de publicidad y llegué
a la conclusión de que existen 04 factores que impiden a la industria dar el salto
para sobreponerse a la su situación actual.
La banalización de la publicidad: ¿quién puede
hacer publicidad? ¿cuáles son las barreras de entradas para hacer publicidad o
poner una agencia de publicidad?
La comoditización de la oferta: ¿en qué se han
convertido las agencias de publicidad? ¿qué hacen? ¿por qué tantas
especialidades? ¿integradas, atl, medios, digital, loyalty, crm, boutique
creativa, diseño, retail? Mientras más dispersión, más táctico y de menor valor
son los servicios.
La autorreferencia de la industria que la aísla
de los grandes movimientos a nivel macro. Los concursos que premian la
creatividad, corazón de la industria, se ha convertido más un espectáculo en sí
que una medición real de la contribución de la creatividad a los negocios. Así
llegaron Google y Facebook y todas quienes le siguieron para comerse el mercado
sin siquiera haberlos visto venir.
La nueva competencia: hoy la principal amenaza
de un publicista es un computer scientist o un ingeniero; y de las agencias de
publicidad, las compañías consultoras o las tecnológicas. La creatividad,
bastión de la industria está siendo arrinconada como un valor específico a
utilizar en una parte del proceso de comunicación de marketing y no como el
corazón de ellas.
Quizás es hora de cuestionar nuestra industria seriamente y
entender por qué peleamos el valor de la hora hombre de cada uno de nuestros
colaboradores, por qué nos cuestionan querer tener una ganancia de “x” o por
qué pagamos un sueldo de “y” a nuestros profesionales.
Quizás no se trate solo de negociar mejor, sino que entender
en el proceso de negociación por qué debemos pelear mejor nuestras condiciones,
elaborando bien el argumento de qué valor agregamos en la ecuación de nuestros
clientes.
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